"No hay caminos para la Paz, la Paz es el camino" - Gandhi
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lunes, 14 de diciembre de 2009

"La paz en el s. XXI"- Adolfo Pérez Esquivel

Cuando acudes a una casa que te recibe con la puerta abierta, te dan la bienvenida y sin una presencia física, te invitan a descalzarte, te abren la puerta del templo (salón de actos) y te presentan a un amigo suyo que viene a hablar, uno simplemente observa, escucha, aprende, siente y disfruta del ambiente de paz con otros seres humanos que repiramos y recibimos juntos esa muestra mágica de cortesía.

Si encima podemos decir que ese amigo viene a hablarnos sobre la Paz y además, añadimos la peculiaridad de ser todo un premio Nobel (tan de moda informativa ahora) podemos sentirnos afortunados de haber asistido al acto inaugural del "Festival del Tibet" el pasado Lunes día 7 de Diciembre en Barcelona.

El amigo en cuestión es el señor Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz en el año 1980 y tras la cortesía llegó el turno a la palabra con el encendido de la luz de una vela.

Con el título de "la Paz en el siglo XXI", nos deleitó con un discurso lúcido y pedagógico que nos aportó luz sobre diferentes cuestiones relativas a la nueva cultura de paz en construcción.

En sus primeras palabras destacó como pilares principales en la costrucción de la nueva sociedad, el conocimiento mutuo entre las personas ( ¿se conocen entre ustedes?), la unidad consecuente de ese conocimiento ("todos somos uno") hablándonos de Gaia y recordándonos que todos somos parte del planeta y responsables de la situación mundial.
Escuchándonos y mirándonos, podremos aprender y compartir la creación de una cultura de paz.

Entonces, nos cuestiona sobre el significado de la palabra paz y nos anima a comprenderla y construir esa definición para liberar la pabra y recuperar su verdadero sentido. Sólo así podemos liberar el pensamiento.

A continuación nos expuso una pincelada de la situación mundial actual basada en una cultura de guerra. Dándonos datos de la violencia ( 35,000 niños mueren al día por hambre, gastos militares, conflictos armados actuales y el poder opresor de la Globalización).

Nos animó a despertar y con ello transformar nuestra sociedad en los ámbitos educativo, cultural y político. A crear proyectos de vida, no de muerte. A fomentar contratos sociales y humanos, y construir caminos de esperanza. Repensar nuestra sociedad pensando en nuestros hij@s y los hij@s de éstos y a sembrar la semilla de la paz para que puedan recoger sus frutos.

En 1989 cayó el muro de Berlín y a continuación se construyeron los de USA/Méjico, Israel/Palestina y España/Marruecos. Todos somos responsables, hemos de derribarlos, incluyéndo el muro que separa la mente del corazón.

Definió el momento de crisis actual como una oportunidad de cambiar, transformar y ser creativos. "El futuro se construye con el coraje del presente".

Señaló como sus maestros e inspiradores a los campesinos, los pobres, los habitantes de las favelas, siendo entre ellos donde halló la sabiduría más elevada.

Según el Sr. Esquivel existen dos palabras "prostituidas", democracia y amor, y nos recordó a Pere Casaldáliga que envió un mensaje a los gobernantes del mundo acusándoles de complicidad de la situación actual. Que es necesario cambiar el eje del pensamiento para construir un nuevo amanecer con la participación del pueblo (democracia), cómo ya hicieramos en el año 1948 constitúyendo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Ya en el apartado de preguntas, se le cuestionó sobre la palabra justicia y las leyes, a lo que el Sr. Esquivel respondió citando a Thoreau: "toda persona amante de la libertad debe ser serio con las leyes, pero no toda ley es justa" y que algunos como Mahatma Gandhi y Martin L. King desarrollaron herramientas, como la noviolencia, como método de denuncia ante la injusticia de algunas leyes.

Ante la cuestión del problema demográfico proyectó que en el año 2030 el 85% de la población mundial vivirá en las grandes ciudades, sobretodo en el extraradio con la llegada de campesinos en busca de alimentos y el consiguiente problema social que generarán.

Nos recordó a Paulo Freire y su educación popular de la que él mismo se nutrió y nos propuso utilizarla para enseñar a pensar, para tener conciencia crítica de los valores y para crear nuevos.

Para finalizar se le preguntó la opinión sobre el premio nobel de la paz concedido a Barak Obama y apuntó que el considera que un premio nobel sirve para estar al servicio del pueblo, aunque le dió un margen de confianza.

Cerró el acto el monje de la Casa del Tibet, organizadora del evento, con una ofrenda al invitado y un fantástico "chai" para los que asistimos.

Cuando sales de una casa en la que has compartido palabras de paz te sientes afortunado y agradecido.


Me reafirmó la idea de que el sueño de la paz es posible.

http://www.adolfoperezesquivel.com.ar/
http://www.casadeltibetbcn.org/principal.html

lunes, 7 de diciembre de 2009

Fiesta por la paz y la noviolencia

Federico Mayor Zaragoza, en pie de Paz

viernes, 4 de diciembre de 2009

Paz no es tan solo una palabra

La palabra paz es una de las primeras palabras que aprendemos en el inicio de nuestra vida. Nos la enseñan en la familia, en el colegio, la oímos en la radio y televisión, la leemos a diario en los periódicos, la usamos de nombre para nuestras hijas, la repiten hasta la saciedad los políticos, los religiosos, integrantes de asociaciones solidarias...

Pero a medida que vamos evolucionando, esa gran palabra pierde el valor que en su esencia posee. Se ha banalizado su significado, su poder. Oímos paz y nuestra mente la asocia al símbolo de los hippies de los años 60 pintado en sus mejillas, es un concepto al que ya no hacemos caso. No la tenemos, pero tampoco le damos importancia a los motivos que hacen que no la sintamos. ¿Forma parte de la normalidad no tener contacto con nuestro espíritu? Alguien busca dentro de sí para encontrarla? No hablamos ya de la paz mundial, miremos en nuestro interior, hagamos una reflexión y una búsqueda espiritual, ¿sentimos paz dentro de nosotros?

La paz pequeña es el primer paso para la paz con mayúsculas. La paz individual de cada uno, poder sentir el equilibrio y así poder transmitirlo a los que nos rodean. Sugiero un alto en el camino. Una visión introspectiva de cada uno. Sugiero unos minutos de preguntas a nuestro corazón. Estoy tranquilo? Siento paz? Hay algo que impide sentirme bien? Como puedo ayudarme a mí mismo? Solo en el momento en el que dejemos de correr a ciegas por el mundo terrenal y empecemos a darnos cuenta de que el verdadero mundo es el que tenemos en nuestro interior, podremos encontrar nuestra paz y poco a poco, uno a uno, sin prisas, con amor y confianza, podremos unirnos con un mismo objetivo: Vivamos en PAZ.

martes, 1 de diciembre de 2009

La Paz es una idea para la que YA ha llegado el momento

Sólo hace falta echar un rápido vistazo a la historia de la humanidad para observar que, salvo honrosas excepciones, siempre nos hemos enfrentado a los conflictos de formas violentas e impuesto soluciones por la fuerza. Está fuertemente asentado en lo más profundo de nuestra cultura. Pero en el interior de los seres humanos va naciendo poco a poco la certeza de que la paz es una idea a la que ya le ha llegado el momento.

Comprendemos que el cambio de estructuras sociales, políticas y económicas no son suficientes por sí mismas si no van acompañadas de profundos cambios en la sociedad que la lleven a reclamar un nuevo modelo de resolución de conflictos. El cambio es individual. Entendemos que sólo habrá paz si desde una conciencia universal se renuncia a la violencia. No es necesario una unanimidad, pues las guerras tampoco la necesitan. Sólo una mayoría suficientemente activa en favor de la paz.

La Paz hay que inventarla. Y como bien nos enseñó Gandhi: “No hay caminos para la Paz, la Paz es el camino”, el camino del progreso, el que debe llevarnos a la siguiente etapa de nuestra evolución y formación como seres humanos.

Por ello queremos sumar nuestra acción a la de aquellos que a lo largo de la historia han comenzado con la ardua y maravillosa tarea de construir la Paz. Hay mucho por hacer.